Pedro Sánchez quita importancia al ‘caso Negreira’ y muestra su total confianza en los árbitros
Pedro Sánchez se ha pronunciado sobre el caso Negreira. El presidente del Gobierno ha dado una respuesta a los pagos del Barcelona durante un mínimo de 17 años al que fuera número dos de los árbitros, cinco meses después de que el escándalo saliera a la luz. Y lo ha hecho para restarle importancia y mostrar su confianza absoluta en el colectivo arbitral. A pesar de la acusación de corrupción deportiva que pesa sobre el club, cuatro directivos –entre los que se encuentra el socialista Albert Soler– y el propio José María Enríquez Negreira, el líder del PSOE no ha dudado en señalar que se trata de «un borrón» en la historia del fútbol español.
«Ha sido un borrón, pero también es cierto que todo escribano, incluso el mejor de ellos, tiene un borrón», ha señalado Pedro Sánchez sobre el mayor escándalo en la historia del fútbol español y europeo. El jefe del ejecutivo ha indicado que «no se puede poner en tela de juicio el deporte, ni el sistema de clubes, ni tampoco a los árbitros que tenemos». Ha reconocido que no es un «experto» en el apartado futbolístico, pero sí que ha defendido a los colegiados: «Tengo entendido que el arbitraje es también muy reconocido internacionalmente».
El presidente del Gobierno ha destacado que hay que mantener la «total confianza en los árbitros», puesto que «no es un oficio fácil». «Incluso cuando yo jugaba al baloncesto en cantera era ya complicado, imagino en el ámbito profesional y, sobre todo, en fútbol con el nivel de exigencia y de presión que tienen», ha señalado.
En una entrevista con Marca, el candidato a la reelección habló por primera vez sobre el caso Negreira, a una semana de las elecciones. Fue ahí donde quiso restar importancia a lo sucedido. Sin querer mojarse en exceso, consciente de que su posicionamiento puede costarle una buena suma de votos, sobre todo en Cataluña, Sánchez afirmó que su labor está en «respetar el trabajo de los tribunales», que se encuentran investigando el pago de más de 7 millones de euros del Barça al ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros.